Una vez por semana, normalmente los domingos por la tarde, me monto en casa lo que llamo mis sesiones de spa casero dominguero. Es mi momento de relax, un rato a la semana que lo dedico exclusivamente a mí. Mi pequeño momento de placer.
Y un tipo de producto que nunca puede faltar en estas sesiones de mimo son las mascarillas. Tengo que reconocer que tengo muchísimas, porque dependiendo de la semana, me gusta ir variando y utilizarlas según me apetezca. En el post de hoy, os voy a hablar de mi experiencia con una de las que he estado usando estos últimos meses, la Mascarilla purificante con carbón activo y salvia de Vera and the Birds.
¿Queréis saber cómo me ha ido con esta mascarilla? Pues os animo a seguir leyendo. Adelante…
Vera and the Birds es una marca de cosmética natural española. Su fundadora, Alex López Capitelli, comenzó este proyecto vendiendo reproducciones artísticas de sus cuadros y artículos relacionados (tenéis que pasaros por su página web, y ver las ilustraciones tan preciosas que vende). Pero sentía que no era suficiente, que necesitaba que sus productos se pudieran oler, sentir… y se lanzó al mundo de la cosmética natural.
Su gama de productos aún no es muy amplia, y está compuesta por productos faciales, corporales y capilares. Desde que conocí la marca, hará ya más de dos años largos, han ido lanzando nuevos productos, así que poco a poco se va incrementando (hace poco han lanzado su nueva agua micelar, que tengo muchas ganas de probar). Todos sus productos son 100% naturales, exentos de parabenos, derivados del petróleo, sulfatos o colorantes artificiales, hechos en España y respetuosos con el medio ambiente. Os dejo el enlace a su página web, para que podáis conocer un poco más sobre la marca y sus productos:
Y un aspecto que me encanta. Todos los pedidos llegan en unas cajitas de cartón, decoradas con sus ilustraciones, que son preciosas.
¿QUÉ PROMETE EL PRODUCTO?
Es una mascarilla facial detox, que promete:
- Dejar la piel purificada en profundidad.
- Eliminar las partículas de suciedad, las toxinas y la grasa que se acumulan en el rostro.
INGREDIENTES
Es un producto de cosmética natural, sin parabenos, aceites minerales, siliconas, sulfatos ni colorantes artificiales. El 100% de sus ingredientes son naturales, entre los que destacan:
- Carbón activo: elimina la suciedad e impurezas en profundidad, y sella los poros.
- Aceite de almendras dulces: muy hidratante, aumenta la elasticidad y tersura de la piel, previniendo la aparición de arrugas y estrías.
- Extracto de avena: con efecto calmante y antiinflamatorio, retiene la humedad de la piel.
- Aceite esencial de salvia ecológica: con propiedades antisépticas y antiinflamatorias.
ENVASE Y TEXTURA
La mascarilla viene en una lata de plástico, de 50 ml de capacidad, con una tapa de aluminio. Es un formato muy cómodo y práctico para este tipo de productos (aunque la mascarilla queda un poco expuesta al aire), que me gusta porque permite utilizar hasta el último gramo de producto y coger con una espátula pequeña la cantidad de mascarilla a aplicar.
La textura es cremosa, de color negro, con un olor herbal fresco muy agradable, supongo que a salvia.
Un dato que no aparece en el producto es el PAO. Tampoco lo he visto en la página web de la marca. Aunque sí que trae la fecha de caducidad de la mascarilla.
PRECIO Y DÓNDE COMPRARLO
El precio de esta mascarilla es de 14 euros. Se puede comprar en la página web de Vera and the Birds. También la he visto en otras tiendas online como en la Farmacia Alegre Pérez.
En mi caso, la compré en la página de la marca, junto con algunas tisanas.
¿CUÁL HA SIDO MI EXPERIENCIA CON EL PRODUCTO?
He estado utilizando esta mascarilla una vez por semana, como parte de lo que yo llamo mis sesiones de spa casero dominguero. Pero no todas las semanas seguidas, sino que la voy alternando con otras mascarillas, ya que dependiendo de la semana, me apetece más usar una u otra.
La forma de uso es muy fácil. Con una pequeña espátula, recojo producto de la lata y me la aplico por el rostro y cuello con ayuda de una brocha especial para mascarillas, y evitando la zona del contorno de ojos. La mantengo aplicada durante unos 15 o 20 minutos (el producto recomienda 15). A medida que va pasando el tiempo y la mascarilla se va secando, empiezas a notar la piel un poco tirante, pero no es nada desagradable. Y en mi caso, nunca se me seca del todo.
Y a continuación, se retira con agua abundante. La primera vez que la usé, me la quité directamente frotando con las manos y el agua, pero me costó bastante y pringué muchísimo el lavabo. Así que ahora lo hago con una esponjita, con toques pequeñitos y sin frotar para no irritar la piel, que voy mojando en agua. Tardo un poco más, pero es más agradable y no lo dejo todo de color negro.
Y respecto a los resultados, me encantan. Después de utilizarla, me gusta cómo me deja la piel. La noto suave, hidratada y muy matificada, sin brillos. No me ha producido ningún tipo de reacción ni irritación en la piel (alguna vez me ha pasado con mascarillas parecidas), ni sensación de resequedad. Y sobre todo, disfruto de la experiencia de uso de esta mascarilla. Pongo un poco de música, me tumbo y me relajo un ratito.
En resumen, es una mascarilla que me está gustando mucho y con la que repetiré seguro, pero un poco más adelante. Ahora me he comprado la nueva mascarilla de la marca, la Mascarilla Nutritiva Remineralizante. Ya os contaré cómo me va cuando la haya usado durante un tiempo.
Y vosotr@s, ¿habéis probado esta mascarilla de Vera and the Birds? ¿Qué os parece?
Parece estupenda para mi tipo de piel y el INCI es una pasada. Gracias por tu reseña, linda, me la apunto!
ResponderEliminarA mí me está gustando mucho (todavía me queda un poco de producto). Me sorprendió muchísimo la luminosidad que me deja en la piel después de usarla, que no lo noto con demasiadas mascarillas.
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